El 4 de agosto de 2023, el Tribunal Supremo de Alabama confirmó una sentencia de $10 millones según el veredicto del jurado en el condado de Mobile para la familia de un hombre que murió en el Springhill Medical Center tras una cirugía exitosa para reparar un corte en el pulgar. Esta es la cantidad más grande jamás otorgada por el Tribunal Supremo de Alabama por una sola muerte por negligencia.
El 14 de junio de 2014, mientras usaba una sierra de mesa en su tienda de ebanistería, Jay West se cortó la punta del pulgar izquierdo. Manejó hasta el Springhill Medical Center, donde le repararon quirúrgicamente el pulgar. Después de dicha cirugía exitosa de tan solo 20 minutos y sin ninguna complicación, el cirujano le recetó Percocet para el dolor, y hasta cuatro miligramos de Dilaudid intravenoso (un opioide potente) si el Percocet no lograba controlar el dolor. Fue trasladado a la planta ortopédica del hospital para pasar la noche y estaba programado para irse a casa al día siguiente. Sin embargo, menos de 10 horas después de la cirugía, el Sr. West fue encontrado inconsciente y sin respiración en su habitación del hospital y no pudo ser reanimado.
Veintidós meses antes de su admisión, la Comisión Conjunta para la Acreditación de Organizaciones de Atención Médica (JCAHO, por sus siglas en inglés) publicó una "Alerta de Evento Centinela" sobre el uso seguro de opioides en los hospitales. Con base en las recomendaciones establecidas en la Alerta de Evento Centinela, el personal del hospital debería haber identificado al Sr. West como de alto riesgo de depresión respiratoria inducida por opioides, debería haber recibido monitoreo respiratorio constante y monitoreo electrónico continuo de sus niveles de saturación de oxígeno. Springhill no implementó ninguna de estas medidas de seguridad. El hospital tampoco proporcionó ninguna formación a su personal de enfermería sobre cómo proteger a sus pacientes de los peligros fatales conocidos de la depresión respiratoria inducida por opioides.
Antes de ser encontrado inconsciente, la enfermera le había dado al Sr. West cuatro miligramos de Dilaudid intravenoso. Menos de dos horas después, administró cuatro miligramos adicionales de la droga. Después de la segunda dosis, el Sr. West no fue monitoreado por ningún miembro del personal de enfermería. Más tarde fue encontrado inconsciente.
Dilaudid lleva una advertencia especial de “caja negra” ordenada por la FDA, debido a su efecto secundario potencialmente mortal de causar depresión respiratoria y paro cardiorrespiratorio. El Dr. Kenneth Rothfield, testigo experto, testificó en el juicio sobre la dosis administrada: "Bueno, si planeabas matar a alguien, esa sería una dosis que se esperaría que hiciera el trabajo".
Los nueve jueces del Tribunal Supremo de Alabama acordaron por unanimidad que la conducta de Springhill violó los requisitos del estándar de atención.
"La Sra. West valora profundamente la dedicación y valentía demostrada por cada miembro del jurado involucrado en el caso. Ella ha expresado su más sincera gratitud por la confirmación por parte del Tribunal Supremo de Alabama de los fallos del Tribunal de Circuito del Condado de Mobile. Después de un viaje de nueve años, finalmente se ha hecho justicia por la trágica y totalmente evitable muerte de su esposo", dijo Brian Duncan de Cunningham Bounds, quien representó a la familia junto con sus socios legales Robert Mitchell y David Wirtes.